Tarta de Café con Textura de Quesillo: El Postre Que No Sabías Que Necesitabas

¡Hola, mis dulceros y dulceras del alma! 😄 Si eres fan del café y te derrites por un quesillo bien hecho, prepárate para una bomba de sabor que une lo mejor de los dos mundos: una tarta de café cremosa, con textura de flan, sabor intenso y un caramelo que te hace cerrar los ojos de puro gusto. ¡Prepárate para lucirte en casa como todo un chef viral!

🌰 Ingredientes:

  • 1 taza de azúcar (para el caramelo)
  • 1 lata de leche condensada
  • 1 lata de leche evaporada
  • 4 huevos grandes
  • 1/2 taza de café fuerte (mejor si está recién colado)
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • Una pizca de sal

👨‍🍳 Preparación paso a paso:

  1. Caramelo, mi amor: En una ollita a fuego medio, derrite la taza de azúcar sin mover demasiado, solo gira la olla con cariño hasta que se vuelva un ámbar dorado. ¡Cuidado que no se queme! Vierte el caramelo en el fondo de un molde tipo quesillera o uno redondo con huequito al centro, moviéndolo para cubrir bien la base. Deja enfriar.
  2. La mezcla mágica: En la licuadora (o con batidora, como tú prefieras), mezcla la leche condensada, la evaporada, los huevos, el café, la vainilla y esa pizquita de sal que despierta los sabores. Bate bien hasta que quede todo sedoso y sin grumos.
  3. ¡Al molde! Vierte la mezcla sobre el caramelo ya frío. Tápalo con papel aluminio o su tapa si tienes quesillera.
  4. Baño de María con cariño: Coloca el molde dentro de otro más grande con agua caliente (sin que le entre agua al postre, ojo) y hornea a 180°C (350°F) por 60 a 70 minutos. Sabes que está listo cuando al meter un cuchillo sale limpio y tú ya no aguantas el aroma.
  5. ¡Momento zen! 😌 Saca del horno, deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera mínimo 4 horas (aunque de un día para otro... ¡ufff!). Para desmoldar, pasa un cuchillo por los bordes y voltea con decisión. El caramelo hará su magia.

💬 Conclusión final:

Y listo, mi gente bella. Ahí tienes tu tarta de café con corazón de quesillo. Cremosa, intensa, dulce pero no empalagosa, con ese gustico a café que enamora hasta al que no toma café.